martes, septiembre 26

Rapallo, paraíso en la Liguria

Italia, la bella Italia. Siempre tiene algo que mostrarnos, algún secreto que deleita nuestros sentidos. Imágenes apetecibles, puestas de sol de película y rincones inhóspitos en los que el tiempo parece detenerse. De norte a sur, de este a oeste, Italia enamora y, por ello, es uno de los destinos que siempre recomendamos visitar y, además, visitar con mucha calma.

En este post, queremos hacer una parada en el precioso enclave de Rapallo, un pequeño pueblo costero, situado en la región de la Liguria y perteneciente a la provincia de Génova.

Un lugar idóneo para desconectar del mundo y rodearse de unas espectaculares vistas que combinan la serenidad del mar y el romanticismo de sus sinuosas colinas. Un lugar adornado por pequeñas calles empedradas, casas de colores, villas espectaculares y apetecibles paseos a orillas del mar. Constituyéndose, así, en el lugar idóneo para desconectar y disfrutar relajadamente de unas vacaciones que, sin exagerar, se acercan a la idea de paraíso.

El mejor valor añadido de Rapallo es la tranquilidad que se respira.

Rapallo, está a poco más de veinte minutos de Portofino, todo un emblema de la Dolce Vita y uno de los lugares más apetecible del turismo europeo. Además, se sitúa muy cerca de otros destinos que gozan de exclusivas playas y resorts como Santa Margherita de Ligure, Paraggi o San Michele di Pagana.

En Rapallo, nuestra elección hotelera fue la Villa Delle Rose, un más que recomendable hotel que tuvo sus orígenes como residencia del almirante Arturo Costantini en 1908, quien lo concibió para disfrutar del pausado ritmo de la Liguria en un entorno privilegiado. Desde esta residencia, se puede saborear la esencia de Rapallo, y se constituye con un buen lugar para disfrutar tanto de las atracciones del pueblo como son el Santuario de Nuestra Señora di Montallegro o el Castillo, como de todas las opciones y enclaves que ofrece región.

En definitiva, Rapallo es uno de esos lugares mágicos en los que merece la pena dejarse perder entre sus gentes, sus calles y sus sabores. Un lugar pequeño y delicioso en el que sentir el peculiar y siempre apetecible aroma de Italia.