martes, septiembre 26

Bruselas, entre chocolates y cervezas

Bruselas es un destino imprescindible si queremos descubrir Europa, y no sólo porque es la capital de la UE, si no también por ser una de las capitales mundiales del chocolate y, como no, de la cerveza.Pero, además, esta preciosa ciudad ofrece una rica oferta turística, que siempre apetece volver a disfrutar.

En este post os queremos hacer un breve recorrido fotográfico por algunos de sus lugares más emblemáticos y también tentaros con su capricho más deseado, ¿nos acompañáis?

Ayuntamiento de Bruselas y la Grand-Place

La Grand-Place es uno de los lugares más llamativos y fotografiados de la ciudad. Se trata de una plaza adoquinada, que alberga el ayuntamiento de la ciudad, que siempre rebosa vida y dinamismo y que se constituye como el conjunto arquitectónico del siglo XVII más bello de toda Bélgica y una de las plazas más envolventes y espectaculares de Europa.

Porte de Hal 

Bruselas fue durante muchos siglos una ciudad amurallada. De aquél tiempo perdura la Porte de Hal uno de los restos monumentales que hoy recuerdan su época medieval.

La tour Anneessens

Es uno de los restos de la primera muralla de Bruselas. Fue restaurada en 1967 y hoy es toda una reliquia histórica que nos encontramos en el boulevard de l’Empereur.

Estatua de Charles-Everad

Cuando nos acercamos a la Grand-Place, en la calle Charles Buls, una de las esculturas más visitadas y tocadas de la ciudad nos espera. Se trata de la estatua de Charles-Everad. Esta obra hecha en bronce por  Julien Dillens en honor a Everad, uno de los hijos predilectos de Bruselas que en el siglo XIV falleció defendiendo la ciudad, representa a un hombre malherido y la leyenda dice que si se toca da buena suerte, así que es frecuente encontrar una pequeña aglomeración de turistas y locales siguiendo el rito.

Manneken Pis

Una pequeña gran obra, de apenas 50 centímetros, que pasaría desapercibida si no fuera por la multitud de turistas que se agolpan para sacar la mejor fotografía. Manneken Pis, la escultura de un niño orinando en una pila, es uno de los símbolos por excelencia de BruselasLas leyendas que lo rodean son varias, desde que representa a un niño que apagó una mecha de esta singular manera, previniendo de un incendio a la ciudad, hasta que se trata del hijo de un noble belga que dejó una procesión para orinar en la casa de una bruja. Ésta, en señal de venganza, lo convirtió en estatua.También se cuenta que en la batalla de Ransbeke, se colgó de un árbol al hijo de Godofredo de Lorena. Durante dicha batalla, el niño se escapó de la cuna y se puso a orinar en un árbol.

Detrás de las huellas de Tintin

Una de las cosas que no debemos dejar de hacer, o mejor dicho de observar, cuando vamos a Bruselas son las fachadas del cómic. La ciudad donde nació y vivió Hergé, tiene algunas de las huellas de este histórico personaje, sólo hay que callejear y observar. 

Place du Petit Sablon

Una de las plazas con más encanto de la ciudad. En ella, además de un apacible jardín, nos encontraremos 48 llamativas estatuas de bronce que representan los diferentes oficios medievales que existían en la ciudad.

Carillón del Mont des Arts

Situada entre el Palacio Real y la Grand Place, está una de las paradas que merece la pena ver y oír. La singular obra data de 1964 y fue creada bajo las directrices de Jules Ghobert, tiene como característica una enorme esfera de la que sobresalen doce agujas y cada una de las cuales marca cada hora con un personaje destacado de la historia y de la sociedad belga. Hoy este lugar se ha convertido en uno de los reclamos turísticos de Bruselas.

Palacio de Justicia

Cuando se terminó de construir en 1883 este espectacular edificio era el más grande del mundo, y hoy continúa siendo uno de los más llamativos de Bruselas. Otro de sus atractivos es que su entrada principal está en la Plaza Poelaert, uno de los mejores sitios para disfrutar de unas magníficas vistas de la ciudad.

Vistas de Bruselas desde la Plaza Poelaert

Si lo que queremos es disfrutar de vistas panórámicas de Bruselas y ver algunas de sus atracciones más demandadas como el Atomium, una de nuestras paradas deberá ser la Plaza Poelaert. Además, en este lugar se erige un llamativo Monumento a la Infantería Belga.

Palacio Real

Al sur del Parque de Bruselas, se encuentra situado el Palacio Real. Aunque en la actualidad no reside en él la familia real, sí que es una de las sedes de la institución monárquica, y lugar donde se ubican algunos ministerios, oficinas, etc.

Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica

Los cuatro museo que conforman esta institución albergan más de 20.000 obras entre pinturas y esculturas que van desde el siglo XV hasta nuestros días. Una parada que, sin duda, merece la pena hacer.

Santuario de Rene Magritte

Bruselas también es conocida por el artista René Magritte, el padre del surrealismo pictórico belga y uno de los iconos internacionales de esta corriente. Magritte, cuenta con su propio y merecido santuario que, al menos para nosotros, es de obligada visita.

Iglesia Notre-Dame des Victoires au Sablon

Una espectacular obra arquitectónica de estilo gótico y que hoy representa una de las mejores herencias de la Edad Media belga. Se construyó en el siglo XV con un estilo gótico de Bravante y, según dice la leyenda, la Virgen se le apareció a un chico de Amberes y le pidió que llevase su imagen a Bruselas. Él la entregó a la capilla de los arqueros y desde entonces este lugar se ha convertido en un destino de peregrinación.

Galerias Reales de San Huberto

Si lo que os apetece es pasear entre sofisticadas tiendas, boutiques de chocolate y cafeterías de ensueño, os recomendamos que os paséis por las Galerias Reales de San Huberto. Se dividen en tres zonas, la Galería de la Reina, la Galería del Rey y la Galería de los Príncipes, y destacan porque abrieron sus puertas en 1847 convirtiéndose en las primeras galerías comerciales de Europa. Hoy, hacen gala de una exquisita elegancia y buen gusto que merece la pena disfrutar.

Un mundo hecho de chocolate

Uno de los reclamos más deliciosos del corazón de la UE es el chocolate. El casco viejo de Bruselas sabe y huele a chocolate. En él, las más variadas tiendas sorprenden a los viandantes con coquetos y elaborados escaparates a los que es muy difícil resistiese.

Callejeando por Bruselas

Como siempre comentamos, la mejor manera de conocer una ciudad es callejeando, descubriendo cada uno de sus rincones, aromas y sabores. Bruselas es una ciudad ideal para pasear y dejarse llevar por su personal arquitectura, sus iglesias y edificios más emblemáticos. Y, como no, cerrar el día con una buena degustación de cervezas.

Bolsa de Bruselas

Iglesia de San Nicolás

Cerveceando…, la mejor manera de acabar nuestra ruta por Bruselas