lunes, diciembre 11

Bilbao, de camino al Guggenheim

Una de las mejores opciones para llegar a Bilbao y sentir cómo irrumpe el Guggenheim en escena, es por carretera. La experiencia de ver, de casi tocar con la mano, el museo merece la pena y se suma a la fascinante experiencia paisajística que nos brindan las carreteras del País Vasco.

Más que un museo

Cosmopolita, vanguardista y transgresora, así se nos presenta la ciudad de Bilbao. Un destino que todo aquel que busque sensaciones intensas no se debe perder. Se trata, sin duda, de una de las mejores opciones culturales, artísticas y gastronómicas de España. Además, ofrece el valor añadido de alojar uno de los museos más importantes del mundo, el Museo Guggenheim.

Museo Guggenheim

Se trata de un espacio dedicado al arte contemporáneo diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry. Abrió sus puertas en el año 1997 y hoy se ha convertido en todo un referente para los amantes del arte. Su estructura está realizada con piedra caliza planchas de titanio y de cristal, y se presenta  envolvente, sugerente y voluptuosa. Juega con las formas, la geometría y la luz, creando un efecto rítmico singular, complejo y muy atractivo que podemos recorrer íntegramente y descubrir en sus múltiples perspectivas.

Vistas desde el interior del Museo Guggenheim

El museo se encuentra en pleno centro de la ciudad, inmerso entre sus edificios, sus plazas y sus paseos, y está bañado por la famosa ría de Bilbao. Cuenta con una superficie de 24.000 m², de los cuales 10.540 m² se corresponden a las diferentes galerías donde se han albergado exposiciones de Eduardo Chillida, Louise Bourgeois o Andy Warhol entre otros.

Detalles del interior del museo

El interior es diáfano, luminoso y con sinuosas formas curvas, un guiño perfecto a la libertad que guía al arte. Se divide en tres niveles perfectamente organizados en torno al Atrio central y conectados por escaleras, ascensores de cristal y pasarelas curvilíneas.

Estructura interior del museo

Las formas y los volúmenes crean un efecto extraño y absorbente, que traspasa los sentidos. Convirtiéndose el propio diseño arquitectónico de este lugar en una admirable obra de arte.

Colección permanente

La Materia del Tiempo (1994–2005), obra escultórica de Richard Serra, forma parte de la colección permanente del museo y es toda una atracción en la que resulta adictivo perderse. En esta obra, que consta de un total de ocho esculturas de acero de dimensiones variables, podemos apreciar la evolución de su creador, desde elipses simples hasta espirales complejas. Representa una progresión del tiempo en la que se puede admirar los efectos vertiginosos e imprevisibles del movimiento y de la perspectiva con la que se juega. 

Puppy, un llamativo anfitrión de Bilbao

Uno de los detalles más llamativos que podemos encontrar en la entrada principal del museo es la escultura Puppy (1992), un gigantesco perro de 1240 x 1240 x 820 cm, de acero inoxidable, sustrato y plantas en floración. Obra de Jeff Koons con la que  busca homenajear un jardín clásico europeo del siglo XVIII. 

Tulipanes

Tulipanes (1995–2004), también pertenece al artista Jeff Koons. Esta obra escultórica, de 203 x 460 x 520 cm, hecha en acero inoxidable, representa un ramo de flores con forma globos y pertenece a su colección “Celebración”.  Una obra que en su conjunto recuerda la infancia del autor y se inspira en objetos ligados a celebraciones y fiestas de cumpleaños.

Escultura Maman

Otra escultura muy representativa es Maman (1999)una gigantesca araña de casi 9 metros hecha de bronce, mármol y acero inoxidable por Louise Bourgeois. Este trabajo forma parte de una serie inspirada en las arañas y se presenta como un homenaje a la madre del artista que fue tejedora, además de representar la duplicidad de este animal: la madre protectora y depredadora a la vez.

Museo Guggenheim

En definitiva, el conjunto arquitectónico que dibuja el Museo Guggenheim es toda eclosión vibrante que da la bienvenida a la ciudad y que merece la pena ser visitada. Su siempre atractiva oferta artística, las vistas de la ciudad que sugiere, su sinuoso y rompedor diseño arquitectónico y sus amplios y expresivos espacios, son el mejor reclamo para hacer una parada larga y sosegada en este enclave.